Hoy, un vecino anda con un metrónomo a 120 bpm para calcular el tiempo de exposición del pelo de su perro al secador. Sí, a las 00:45 horas. Se le oye por el patio.
Tengo un vecino que ronca idéntico a los ruidos de motor de GTA.
El único vecino que me saluda es alcohólico y esquizofrénico, hermano de una ex-trompeta de la Guardia Civil. La hermana era músico, me refiero.
Hace algunos años la vecina del 5º se arrojó por la ventana con su caniche en brazos. Se arrepintió al caer. Trato de protegerse con el perro.
Durante años encima de mi casa vivía una prostituta. Daba 4 o 5 servicios la noche. Especializada en ruidosos. Al morir entramos en la casa. Había cientos de muñecas de plástico de muchos tamaños por todo el piso. Todas las cabezas estaban separadas. Olía bien.
Hace 8 años unos senegaleses montaron un laboratorio de ácidos en un piso de la otra escalera. Muy simpáticos. No tenían deudas. Caían bien a casi todos.
Una vecina agredió con una sartén en plano a la bruja del barrio. Sonó de película. La comunidad la felicitó. Se entregó a la policía. Nunca más se volvió a hablar del asunto.
Descubrimos que el portero de toda la vida gustaba de salir desnudo a la azotea cuando había tormenta. Se agarraba a la antena de televisión.
El portero sustituto a la muerte del de la antena cultivaba marihuana en las macetas de las plantas de plástico del portal. Le pasaba petas a las viejas católicas. Al portero actual le han detenido dos veces. No sabemos por qué.
De la viejas católicas 2 dicen que el portero es un infiltrado de la policía para vigilar por culpa del anterior, el de la marihuana. Otra dice que ha matado (ya 2 veces) a su mujer, la misma mujer que la saluda todos los días cuando la ayuda con la compra.
Hemos tenido cascadas de agua de 7 pisos por la escalera por niño travieso, pianos caídos por el hueco de ascensor gracias a ideas de transportistas ingeniosos, reformas que tiran tabiques de casas que no eran de quien reformaba. Todo el juego.
Ahora tenemos un gato que llora todas las tardes en la escalera. Nadie lo ha visto. Se rumorea que es un fantasma. A la pregunta del presidente de la comunidad al portero sobre el asunto, contestó: “yo no sé nada, además, no cabe en la caldera”.
La pareja del 4º tiene un bebé que no cambia. Ni llora. Suponemos que es de cera. Los padres envejecen. Y las parejas que ocupan mi puerta de enfrente se divorcian a los 18 meses clavados. Van 3 parejas.
Mi comunidad es entretenida. Yo soy el raro, el bohemio, el nieto de los artistas, y al que no hay que saludar. Estoy a gusto. Pero no salgo de casa, claro. A veces en meses. Bueno, esto último es un poco exagerado. No dejo que se acumulen más de 45 días sin salir. A veces bajo en pijama al bar.
Ah, un parroquiano del bar de unos 70 años es experto ladrón y nigromante en el World of Warcraft. Tenía nivel 68 la última vez que hablamos. Otro habitual sufrió un ictus y no puede hablar. Pide las cosas cantando. Y lo hace tan bien que no le atienden porque todos aplauden.
Se enfada mucho, y abandona el bar como cualquier divo de la ópera, pero se le pasa enseguida y vuelve. Bebe mucha cerveza.
La ex-enfermera del 6º es la cronista de la comunidad. Se alegra de no ser lesbiana porque ha tocado muchas tetas. No estoy seguro de si es del sexto. Un vecino del 7º sube hasta el 8º cada vez que usa el ascensor para bajar andando un piso. Dice que así hace ejercicio. lo que en realidad, es cierto. Hace ejercicio.